Pueden originarse por múltiples
causas que se asocian a la falta de autonomía funcional, ya sea física,
psíquica o intelectual. Lo que debe
valorarse es la limitación de la autonomía de la persona que supone la
situación en la que se encuentra.
Para ello se establece la aplicación de un
Baremo, que contiene los criterios objetivos de valoración del
grado de autonomía de la persona, de su capacidad para realizar las distintas actividades de la vida diaria, los
intervalos de puntuación para cada uno de los grados y niveles de dependencia,
y el protocolo con los procedimientos y técnicas a seguir para la valoración de
las aptitudes observadas, en su caso.
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