- Guardar
el secreto profesional sobre cualquier aspecto de lo que haya llegado a conocer
durante su ejercicio profesional y que no sea considerado de importancia
relevante por el equipo interdisciplinar para el desarrollo de la intervención
planificada y del mantenimiento de las normas de convivencia de la institución,
De cara al exterior tanto como de cara a la familia, en cualquier aspecto
relacionado con el desarrollo de su trabajo, eludirá realizar comentarios sobre
la vida personal o sobre casos concretos que se atiendan. Además, mantendrán
una actitud imparcial con respecto a la persona usuaria y su entorno familiar.
- Ponerse
en el lugar de la persona usuaria, utilizando siempre la empatía (habilidad
para conocer, comprender y apreciar los sentimientos intentando, comprender y
expresar sentimientos de aprecio). Teniendo en cuenta la individualidad de la
persona usuaria, deberá ser capaz de adaptarse a sus características personales
con sensibilidad, profesionalidad y calidez en las atenciones.
- Asegurar
la igualdad en la calidad de la prestación de su servicio, por encima de las
diferencias y particularidades existentes entre las personas usuarias por asuntos
de religión, ideología política, forma de vida u otra circunstancia social o
familiar; evitando alterar cualquier tipo de relación existente. Igualmente
deberá colaborar en el mantenimiento y cuidado de los objetos y pertenencias de
la persona residente o sus familiares.
- Respetar
sus pertenencias. Tratar con cuidado la propiedad ajena. No cambiar las cosas
de sitio y, si se considera necesario, hacerlo con la aprobación de la persona
usuaria. Cuidar las pertenencias de ésta y pedir permiso, si el residente tiene
la capacidad cognitiva suficiente, cuando tenga que utilizarlas, devolviéndolas
después a su lugar. Debemos tener en cuenta que para las personas residentes
sus objetos, su ropa o su dinero son muy importantes, por lo que, no deben
utilizarse ni aceptarse como prestada.
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